No hay padre que no sienta miedo cuando nace su primer hijo. Miles de preguntas y dudas se adueñan de nuestra vida diaria: a qué hora tengo que bañar al bebé, qué jabón usaré, debe dormir en nuestra cama o mejor en la cuna, mejor biberón o pecho…
Así que, como padres principiantes nos abalanzamos sobre las librerías e internet en busca del almanaque infalible sobre la maternidad; aquel que nos resuelva todas nuestras dudas y que nos de la fórmula mágica para ser los perfectos padres; sin embargo, debemos saber que la maternidad se basa en el instinto y el sentido común.
Por qué la maternidad se basa en el instinto y el sentido común
Está comprobadisimo, y solo tienes que tener una charla en el parque con cualquier grupo de padres, que a cada uno de nosotros nos funciona un método distinto, porque cada niño es diferente. Entonces, ¿qué podemos hacer para no meter la pata constantemente con nuestros hijos?. Pues la respuesta es muy sencilla, la maternidad se basa en el instinto y en el sentido común.
Estoy convencida de que las tribus del Centro América y África no se plantean las miles de preguntas que tenemos los padres de los países del primer mundo, donde la maternidad se desvirtúa y se pierden los instintos, donde todo se complica y la vorágine de la vida cotidiana nos arrastra a ir, en numerosas ocasiones, contra natura. ¿Se preguntan en África si deben hacer el colecho con sus bebés?, ¿o a qué hora deben acostarle? ¿o cuánta leche debe mamar y a qué hora debe hacerlo?, está claro que no. En aquellas zonas la maternidad es algo que se vive de forma natural, y así debe ser. Algo innato en nosotros, algo que reside en el sentido común y que se transmite de padres a hijos.
El problema es que, la “civilización” de hoy día en Europa, nos ha “incivilizado”, nos ha desnaturalizado, nos ha arrancado de nuestra sabiduría popular nuestros instintos más primitivos. Hoy día todo lo racionalizamos, le buscamos un porqué, un motivo para hacer las cosas de una determinada manera, buscamos soluciones inmediatas que nos faciliten nuestras complicadas vidas, y eso va en contra del tiempo del que se necesita para criar a un niño; porque realmente lo que el niño necesita para madurar es tiempo, y nosotros también para amoldarnos a él y aprender poco a poco de nuestros errores, que son tan importantes como nuestros aciertos.
Cuando tengas una pregunta sobre la crianza solo tienes que buscar dentro de ti, y hacer lo que realmente te dicte tu corazón. Tenemos la suerte de poder tener mucha información a nuestro alrededor, pero hay que saber administrarla y aplicarla en el momento adecuado, ya que, puede que eso que ha sido tan efectivo con otros niños, con tu hijo no funcione. Así que, ante preguntas como ¿debo dormir con el niño?… la respuesta es, ¿a ti qué te apetece?; ¿debo darle de mamar al bebé si esta llorando, pero no han pasado ni dos horas desde la última toma?, ¿qué es lo que te dicta la conciencia?.
No hay mejor consejo que escuchar a tu propia conciencia y tu propio cuerpo. La maternidad se basa en el instinto y en el sentido común. La genética humana ha heredado cosas con el paso de los siglos que ni siquieras sabes que posees, pero están ahí. Y, si no sabes sacarla a flote, sólo tienes que usar tu sentido común, suele funcionar mejor que cualquier manual sobre la maternidad.